NACIMIENTO DE LA AVIACIÓN COMERCIAL MEXICANA.

AVIACIÓN MEXICANA

NACIMIENTO DE LA AVIACION COMERCIAL MEXICANA.

Por: Fernando Morlett Becerril y José Manuel Buergo Troncoso.

El objetivo esencial de poner en contacto a los hombres, sus ideas y sus productos, es tan an­tiguo como la propia Humanidad, cuyas formas y expresiones han cambiado conforme el hombre ha transformado al mundo.

Entre los antiguos mexicanos las comunicaciones y los transportes se efectuaron a pie o mediante rudimen­tarias canoas. Moctezuma, último em­perador azteca, comía pescado fresco del Golfo de México que transportaban unos corredores, llamados "paynanis", que iban desde Veracruz a México re­levándose cada diez kilómetros.

El virreinato significó un gran avan­ce en estos aspectos debido a la in­troducción de la rueda y el caballo y al uso de los navíos. En 1580 se esta­bleció el Correo Mayor, responsable del servicio postal en la Nueva España. Los puertos y los caminos reales dependían de la secretaria del virreinato.

Desde el momento en que México emerge como nación independiente, en 1821, las responsabilidades y activida­des concernientes a las comunicacio­nes y los transportes quedaron inclui­das en la Secretaria de Estado y en el Despacho de Relaciones Interiores y Ex­teriores.

En el año de 1853 se creó la Se­cretaría de Fomento, Colonización, In­dustria y Comercio, a la que se inte­graron las comunicaciones, los trans­portes y las obras públicas.

Por decreto del presidente Porfirio Díaz, el 23 de mayo de 1891 se creó la Secretaria de Comunicaciones y Obras Públicas, que agrupaba todas las ac­tividades relacionadas con el servicio postal, los telégrafos, teléfonos y fe­rrocarriles, así como la construcción y conservación de caminos y puentes y la conservación del Palacio Nacional, di­versos monumentos nacionales y el de­sagüe del Valle de México.

 El 8 de enero de 1910 voló por primera vez un avión en México, acon­tecimiento protagonizado por Alberto Braniff, a bordo de un Voissin.

Conforme a la Constitución de 1917, la Ley Orgánica de las Secretarias de Estado ratificó a la Secretaria de Comunicaciones y Obras Públicas las responsabilidades antes mencionadas, a las que se unieron lo relacionado con la Marina Mercante, los puertos y faros, antes dependientes de la Secretaria de Guerra y Marina.

El 6 de julio de 1917 se efectuó en México el primer servicio de correo aé­reo que se llevó a cabo mediante un vuelo realizado por Horacio Ruiz, entre Pachuca y México, a bordo de un bi­plano Serie A de construcción nacional. El vuelo tuvo exclusivamente un carác­ter experimental y no significó el es­tablecimiento de un servicio regular, acontecimiento que no ocurre sino has­ta 1928.

 Organización de la Aviación Civil.

Los primeros vuelos en la aviación me­xicana los efectuaron los deportistas pioneros a quienes siguieron los mi­litares. En ambas actividades estuvo involucrado Juan Guillermo Villasana, quien en mayo de 1920 fue separado del Departamento de Aeronáutica, de­pendiente de la Secretaria de Guerra y Marina, debido al movimiento que de­rrocó al gobierno que presidía Venustiano Carranza.

La Secretaria de Comunicaciones y Obras Públicas del nuevo gobierno re­cibió diversas solicitudes con respecto a la posibilidad de establecer servicios de transporte aéreo en distintas modali­dades, hechas por empresarios mexi­canos y por representantes de intereses extranjeros. Para atender adecuadamente estas nuevas necesidades, el se­cretario de Comunicaciones y Obras Públicas, Pascual Ortiz Rubio, llamó a Juan Guillermo, a quien puso al frente de una llamada "Mesa de Navegación Aérea", creada mediante una disposi­ción administrativa interna el 20 de sep­tiembre de 1920 y que dependía del Departamento de Inspección de la Di­rección de Ferrocarriles de la propia secretaria de Estado. El siguiente 20 de octubre se le otorgó el nombre de "Sec­ción de Navegación Aérea", más en consonancia con sus responsabilida­des.

Juan Guillermo Villasana trabajó in­tensamente en organizar y dar forma a esta institución. Con la ayuda de sus colaboradores Vicente Ortiz y Edmundo de la Portilla, estableció las primeras bases jurídicas, económicas y técnicas de la aviación civil mexicana.



Esta Sección de Navegación Aérea sufrió diversos cambios de carácter ins­titucional y durante algún tiempo aten­dió sus funciones, despachando Juan Guillermo Villasana desde el Departa­mento de Aeronáutica de la Secretaria de Guerra y Marina, hasta que el 11 de noviembre de 1927 nuevamente se in­corporó a la Secretaria de Comunica­ciones y Obras Públicas con el nombre de Departamento de Aeronáutica Civil.

Durante algunos años, mientras lo encabezaron mandos militares, recibió el nombre de Departamento de Comu­nicaciones Aéreas. Cuando Juan Gui­llermo Villasana regresó a la SCOP, el 11 de abril de 1939, le volvió a poner el nombre de Departamento de Aeronáu­tica Civil. Desde entonces no habría cambios sustanciales en el nombre, si­no para adaptarse a la elevación de categoría orgánica en la administración pública conforme progresaba la avia­ción. El 23 de septiembre de 1952 se transformó en Dirección de Aeronáutica Civil y desde el 1 de enero de 1959 recibió el nombre de Dirección General de Aeronáutica Civil. Actualmente está encuadrada en la Secretaria de Comu­nicaciones y Transportes, creada tam­bién en enero de 1959, al dividirse en dos la antigua Secretaria de Comuni­caciones y Obras Públicas (SCOP).

De acuerdo a la Ley de Secretarias de Estado vigente, todo lo relacionado con la aviación civil se mantiene como materia de jurisdicción federal a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que ejerce control de la misma a través de la Dirección General de Aeronáutica Civil.

Pese a tantos cambios, especial­mente en los años veinte en que las responsabilidades se pasaban de la Se­cretaria de Comunicaciones y Obras Públicas a la de Guerra y Marina, siem­pre hubo una razón de continuidad, lo que permitió que todas las concesiones otorgadas, desde el número 1 en ade­lante, mantengan un orden correlativo.

Primera reglamentación.

Las primeras gestiones en temo al po­sible establecimiento de un servicio aé­reo en México estuvieron relacionadas con el transporte de correo, por lo que fue la Dirección General de Correos de Ja Secretaria de Comunicaciones y Obras Públicas la primera en tener co­nocimiento de ellas. Inicialmente se pretendió darle a estos servicios un tra­tamiento similar al de los ferrocarriles, pero pronto se comprendió que era una actividad nueva que requería de un tra­tamiento jurídico especial. Una vez creada la citada Sección de Navegación Aérea, aunque dentro de la Dirección de Ferrocarriles, comenzaron a emitirse las primeras disposiciones de carácter normativo en torno al transporte aéreo.

El 18 de octubre de 1920 se publicaron en el Diario Oficial de la Federación las "Bases para el establecimiento de líneas aéreas de navegación de servicio público". Estas bases estaban com­puestas por 45 apartados en los que se fijaban las primeras normas que ha­brían de regir el transporte aéreo en México. Merecen especial atención al­gunas de ellas: las líneas aéreas de navegación de servicio público serían entregadas a personas físicas o socie­dades anónimas mediante concesión del Poder Ejecutivo de la Unión; las solicitudes deberían presentarse en la Secretaria de Comunicaciones y Obras Públicas para su estudio y fallo; las concesiones respectivas se entregarían a empresas o individuos idóneos y ten­drían una duración de diez años que podrían prorrogarse por dos periodos más; las concesiones podrían otorgarse a mexicanos por nacimiento o natu­ralización y a las sociedades mexicanas o extranjeras que convinieran ante la Secretaria de Relaciones Exteriores en considerarse como nacionales; la SCOP se comprometía a expropiar y poner a disposición de las líneas de navegación aérea los terrenos y campos necesarios para las operaciones, la instalación de talleres y estaciones; los pilotos de las naves aéreas mercantes serian mexi­canos por nacimiento o naturalización y deberían poseer el titulo de piloto, emi­tido por la autoridad competente.

Dado el interés de varias empresas mexicanas y otras con capital de origen norteamericano, franco-belga y británi­co por establecerse en México, la Di­rección General de Correos y la Sección Técnica de Navegación Aérea hicieron estudios con respecto a los servicios de transporte de correo aéreo regular, prin­cipalmente de Estados Unidos. Como consecuencia se publicó en el Diario Oficial la siguiente:

 "CONVOCATORIA para el estable­cimiento de un servicio aéreo diario, entre México, D.F., y Tampico, Tamaulipas.

"Al margen un sello que a la letra dice: Poder Ejecutivo Federal.- Estados Unidos Mexicanos.- México.- Secretaria de Comunicaciones y Obras Públicas.

 CONVOCATORIA.

"Convocase al público a enviar pro­posiciones a esta Secretaría, para el establecimiento de un Servicio Aéreo, diario, entre esta capital y Tampico, Tamps., transportando pasajeros, Express y correspondencia.

"Los interesados pueden pasar a la Dirección de Ferrocarriles de esta Se­cretaria, donde se les facilitarán las ba­ses de la presente convocatoria, du­rante las horas hábiles hasta el día 15 de abril próximo.

"Sufragio efectivo. No Reelec­ción."

"México, a 31 de marzo de 1921. "El Subsecretario. "F. Roel".

Los primeros interesados fueron el mexicano Mario Bulnes y los nortea­mericanos Loyd A. Winship, Elmer Hammond y Harry Lawson, residentes en Tampico, que estaban dispuestos a formar una sociedad anónima nacional. El día 12 de julio se firmó contrato entre los señores Winship, Hammond y La­wson, representantes de la Compañía Mexicana de Transportación Aérea, S.A., y la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, mediante el cual la SCOP otorgaba a la empresa la con­cesión número 2 para establecer un servicio regular de pasajeros, correo y carga, por avión, en las rutas México-Tampico-Matamoros y México-San Luis Potosí-Saltillo-Monterrey-Nuevo Laredo1.

El contrato otorgaba una concesión por 10 años para dicho servicio e incluía una cláusula en la que se autorizaba a la empresa a emplear pilotos extran­jeros durante los dos primeros años.

El primer vuelo se efectuó el día 30 de agosto de 1921 en que el piloto CV. Pickup, con un avión Lincoln Standard, despegó desde el hipódromo de La Condesa en la capital federal, hacia Tampico. Previamente se efectuó una ceremonia oficial a la que asistieron los señores Cosme Hinojosa, director ge­neral de Correos; Juan Guillermo Villasana, encargado de la Sección Téc­nica de Navegación Aérea; José T. Bra­vo, auxiliar de la Administración de Co­rreos y Elmer Hammond, uno de los accionistas de la CMTA.

El avión salió a las 7:05 horas de la mañana, transportaba 75 kilogramos de correspondencia y a Humberto Ji­ménez, primer pasajero de pago en una aerolínea mexicana. Se hizo una escala en Tuxpan y se continuó hasta Tampico. El vuelo de regreso lo efectuaron el mismo avión y el mismo piloto, el 2 de septiembre, y transportaba a la ciudad de México el correo recién llegado de Europa en un transatlántico.

 El día 15 de septiembre del mismo año se produjo un acontecimiento im­portante para la historia de la aviación comercial mexicana, pues por primera vez un presidente incluía a estas ac­tividades en su informe anual de go­bierno ante el Congreso de la Unión. El general Álvaro Obregón, en el rubro co­municaciones y transportes, afirmó lo siguiente: "Se han otorgado concesio­nes de navegación aérea para los ser­vicios de transporte, pasaje, Express y servicio postal, cuyas líneas recorrerán las ciudades de México, Veracruz, Tux­pan, Tampico, Saltillo, Monterrey, Ma­tamoros, Nuevo La redo y San Luis Po­tosí'. Está ya en estudio el proyecto para la instalación de una escuela civil de aviación, y concluido el que se refiere al establecimiento de campos de aterri­zaje, semáforos y señales luminosas, necesarias para esta clase de servi­cios".

Primera empresa de transporte aéreo.

Terminadas las luchas de la Revolución mexicana y guerras subsecuentes, el país entró en una etapa de paz y de normalización constitucional de sus go­biernos, tan ansiada como necesaria.

México necesitaba restaurar sus sistemas de comunicaciones y trans­portes, muy maltrechos por las guerras, y la situación geográfica del país y su enorme riqueza petrolera suponían grandes atractivos para las compañías, especialmente las involucradas en el negocio del oro negro.

Entre los diversos intentos por es­tablecer un servicio de transporte aéreo en territorio mexicano, destacaron los norteamericanos Loyd "Lody" A. Whinsip, Elmer "Ed" Hammond y Harry Lawson, quienes tenían intereses comer­ciales en la ciudad de Tampico, prin­cipal puerto de la región petrolera de México, y por el que se realizaba un intenso movimiento. Estos norteamericanos consiguieron la representación para México de la fábrica de aviones Lincoln, situada en Nebraska y solici­taron la asesoría de Juan Guillermo Villasana y contrataron al piloto Jorge Rutea, de origen rumano, naturalizado me­xicano.

El día 28 de noviembre de 1920 llegó a la ciudad de México el primero de los aeroplanos Lincoln Standard, tri­pulado por los pilotos "Ed" Gardner y Jorge Puflea, a quienes acompañaba el mecánico A. Graft. Aprovechando que el 1 de diciembre de dicho año tomaba posesión de la Presidencia de la Re­pública Álvaro Obregón, elegido para tal puesto mediante elecciones constitu­cionales, el gobernador del estado de Nebraska le enviaba un mensaje de salutación con los pilotos.

Los aviones Lincoln Standard si­guieron llegando a México y los em­presarios norteamericanos y sus pilotos realizaron una considerable cantidad de vuelos por las ciudades más importan­tes de la República, con objeto de pro­mover el empleo del avión y la venta de los mismos. Incluso, hicieron demos­traciones a la aviación militar mexicana, que llegó a comprar siete de estos ae­roplanos.

Ha quedado ya señalada la posi­ción oficial sobre el transporte aéreo y la constitución de la empresa organizada por los norteamericanos Winship, Hammond y Lawson, ganadores del con­curso organizado por la Secretaria de Comunicaciones y Obras Públicas y a quienes se entregó, mediante contrato, la concesión número 2 para el servicio de transporte aéreo en México.

La empresa estableció sus oficinas en el Hotel Imperial de Tampico y tenía, además, agencias en San Antonio, Te­xas, USA, y en la ciudad de México.

El primer vuelo se llevó a cabo el 30 de agosto de 1921 entre las ciu­dades de México, Tuxpan y Tampico, a donde ya se había volado con ante­rioridad en muchas ocasiones, pero és­te tuvo carácter de oficial por la asis­tencia de las autoridades ya que se transportaban varios sacos de correo y viajaba el primer pasajero de pago.

Sin embargo, lo de servicio "re­gular" era todavía una ilusión, pues lo cierto es que los vuelos en las rutas concesionadas, que fueron muchos, re­sultaron todo menos regulares. El mal tiempo, la falta de campos adecuados y lo caro de los servicios, hicieron que éstos tuvieran realmente un carácter de intermitentes, pese a lo cual la CMTA realizó tan grande como meritorio es­fuerzo.

Los aviones y pilotos de la com­pañía se lucieron mucho en el festival de tres días organizado en septiembre de 1921 en ocasión de celebrarse el centenario de la consecución de la in­dependencia nacional. Entre las más distinguidas exhibiciones en los festi­vales públicos, estuvieron las de los pilotos Pickup, Lefrink y Fitus con los Lincoln Standard.

La compañía mexicana de Trans­portación Aérea realizó la mayor can­tidad de vuelos entre las plazas que le habían sido concesionadas, así como a otras numerosas ciudades del país, pro­moviendo el uso del avión y los ser­vicios de transporte de correo y pa­sajeros, aunque éstos forzosamente te­nían que ser muy escasos, entre otras razones, debido a que los Lincoln so­lamente podían llevar a tres personas, incluyendo al piloto.

Una actividad no prevista en los planes de los fundadores de la empresa fue el llamado transporte de "rayas", que consistía en transportar el dinero de las nóminas desde Tampico, metido en gruesas bolsas de cuero que de­jaban caer en lugares previamente mar­cados junto a los diversos campos de explotación petrolera situados en el in­terior. Este servicio se debió a los pro­blemas que tenia el banquero George L. Rhil para su transportación terrestre, ya que eran frecuentes los asaltos a las recuas de muías, pese a que iban es­coltadas, pues aún quedaban algunas partidas rebeldes en armas, especial­mente en la región denominada "Las Huastecas". Rhil le propuso el negocio a los dueños de la CMTA y éstos acep­taron gustosos ya que se trataba de un ingreso seguro. Es más, gracias a este servicio, la primera compañía de trans­portación aérea de México llegarla a subsistir.

Efectivamente, la Compañía Mexicana de Transportación Aérea había realizado un gran esfuerzo, había ven­dido varios aviones Lincoln Standard, pero no era precisamente un negocio próspero. Por el contrario, había difi­cultades financieras que requerían de nuevos ímpetus que ya no le podía pro­porcionar el presidente de la empresa, Harry J. Lawson, delicado de salud.

Según un informe que la empresa rinde a la Secretaría de Comunicacio­nes y Obras Públicas, poco antes de ser vendida, había efectuado las siguientes actividades: 1,956 horas voladas, 1,248 pasajeros transportados, 16 campos de aterrizaje habilitados, 61 ex­hibiciones aéreas hechas ante una con­currencia aproximada de 475,000 per­sonas y 107 vuelos redondos entre Mé­xico y Tampico. Todo ello sin ningún accidente.

Ante la posibilidad de que la em­presa desapareciera, George L. Rhil consiguió socios y financiamiento y se la compró en 15,000 pesos. La ope­ración incluía concesiones, aviones, material diverso, así como a los pilotos que quisieran quedarse. Todos siguie­ron con Rhil. con objeto de mantener el servicio de transporte de "rayas". Po­cos días después de esta operación, Lawson falleció de un infarto en un elevador del Hotel Regís, de la ciudad de México.

Con el fin de darle una mayor pro­yección a la empresa, pues Rhil en­tendió que había que prestar más y mejores servicios para crecer, el 24 de agosto de 1924 se escrituró la cons­titución de la Compañía Mexicana de Aviación, S.A., de la que Rhil era el presidente.

En 1929, Rhil vendió las acciones de la empresa a la Corporación de Avia­ción de las Américas, a su vez dueña de la Pan American Airways.

El 20 de diciembre de 1944 Pan American vendió 45% de las acciones de Mexicana a un grupo de inversio­nistas mexicanos, encabezados por Aarón Sáenz Garza.

El 15 de enero de 1968, otro grupo de inversionistas mexicanos, que ca­pitaneaba Crescencio Ballesteros, ad­quirió de la Pan American todas las acciones que quedaban en su poder.

El 29 de julio de 1982 el gobierno federal se declaró accionista mayoritario de la empresa y puso de presi­dente del consejo de la misma al titular de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes.

El 27 de agosto de 1989, el go­bierno mexicano vendió la mayoría de las acciones a un grupo empresarial mexicano. En esta ocasión se le cambió la razón social de Compañía Mexicana de Aviación, S.A., por la de Corporación Mexicana de Aviación, S.A. de C.V., con el que se mantiene actualmente.

Durante estos ochenta años Me­xicana fue la "primera" en casi todos los avances incorporados al transporte aé­reo en México, ya que fue siempre una empresa de vanguardia en todos los aspectos.

 En julio de 1999 Mexicana cumplió 78 años de ser la primera aerolínea de México. De entre las aerolíneas actual­mente en servicio en el mundo, sólo son más antiguas que Mexicana, las siguientes: KLM, holandesa, fundada el 7 de octubre de 1919; AVIANCA, co­lombiana, fundada el 5 de diciembre de 1919, y QANTAS, australiana, fundada el 16 de noviembre de 1920.

En la actualidad Mexicana tiene una flota de 48 aeronaves, vuela a 30 ciudades en la República Mexicana, a ocho de Estados Unidos, a una de Ca­nadá, a tres de Centroamérica y el Ca­ribe y a cinco de Sudamérica.

 Conclusiones.

Resumimos esta ponencia destacando los siguientes hechos:

El 20 de septiembre de 1920 se organizó la "Mesa de Navegación Aé­rea" en la Secretaría de Comunicacio­nes y Obras Públicas, antecedente de la actual Dirección General de Aeronáu­tica Civil de la Secretaria de Comu­nicaciones y Transportes, autoridad fe­deral en materia de aviación civil.

La primera norma de la aviación civil mexicana se remonta al 18 de oc­tubre de 1920, fecha en que se pu­blicaron en el Diario Oficial de la Fe­deración las "Bases para el estable­cimiento de líneas aéreas de navega­ción de servicio público".

La primera empresa de transporte aéreo de México fue la Compañía Me­xicana de Transportación Aérea, con la que la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas firmó un contrato el 12 de junio de 1921 para "el estableci­miento de un servicio de navegación aérea por medio de aeroplanos". Con varios cambios importantes en la com­posición de sus accionistas durante su larga trayectoria, esta empresa es la actual Corporación Mexicana de Avia­ción, S.A. de C.V., y es la cuarta ae­rolínea más antigua del mundo entre las que hay en servicio y el nombre comercial de "Mexicana", que es el que emplea, es el más antiguo en el Con­tinente Americano.


 NOTAS DE PÍE DE PÁGINA:

1 La concesión número 1 se le otorgó a Mane Bulnes, para otras rutas distintas a las de la CMTA. que nunca la activó.

FUENTES:

ESPARZA, Rafael R. Historia de las Comuni­caciones y los Transportes. La Aviación. Se­cretaria de Comunicaciones y Transportes. México. 1987.

 CÁRDENAS DE LA PENA, Enrique. Historia de las Comunicaciones y los Transportes: El Co­rreo. Secretaria de Comunicaciones y Trans­portes. México, 1987.

 RUIZ ROMERO. Manuel. Mexicana: 75 años de Historia, México. 1996. Diario Oficial de la Federación. Archivo Ge­neral de la Nación.

 El Heraldo de México. Agosto y septiembre de 1921. Hemeroteca Nacional. Enciclopedia de Aeronáutica y Astronáutica. Editorial Garriga. Barcelona, España, 1972. Escritura constitutiva de la Compañía Mexi­cana de Transportación Aérea, S. A. Archivo General de Notarías.

 Escritura constitutiva de la Compañía Mexi­cana de Aviación. S.A. Archivo de la Corpo­ración Mexicana de Aviación. S A de C.V.